Me animo a ponerlo... ¡¡Ojo!! ¡¡Prohibido copiar!! ¬¬
CAPÍTULO 1
EL LIBRO
ISABEL
EL LIBRO
ISABEL
Para empezar, bienvenido a mi aburrido mundo. Mi vida... no es nada interesante, no se por qué ahora mismo la estoy contando como si fuera una especie de diario, pero bueno, supongo que tengo que hacerlo, ya que esta es mi mente. Para empezar, soy Isabel. Tengo unos trece años y el año que viene, el 20 de enero, cumpliré los catorce. Hoy estamos a dieciocho de diciembre, aun queda... Mucho para las Navidades. Vale, vale. Siete días sin contar el día de hoy. ¿Qué quieres que te diga si soy impaciente? Pero bueno, queda mucho más para que se termine el asqueroso instituto... Hablando de el, no tengo amigos, ¿por qué? Me margino yo sola. No, de verdad, en serio, incluso yo lo admito. No me gusta relacionarme con la gente, que quieres que os diga. Además, soy incapaz de hacerlo, ¿por qué? Puedo decirse que prefiero encerrarme en mi habitación a escuchar música o a leer algún que otro libro. Por cierto, me encanta leer. Otra razón por la que esta historia podría parecer aburrida, estaría todo el día hablando de mis amigos, los libros. Y ahora, seguro que os dormiréis. Pero ahora, he encontrado por internet un libro bastante interesante. Su nombre es Érakon y lo acaban de encontrar en una expedición, se encontraba en unas de las pirámides de Egipto... No quiero imaginar cuanto les han costado, porque... ¿Cómo he conseguido esta información? Pues en el ordenador, ahora mismo, estoy mirando la página. Es un artículo de un foro de misterio y fantasía, los dos temas que me encantan, los adoro. Los expertos dicen que ese libro puede costar millones y millones de euros. Hay una foto al lado del artículo. En ella, hay un dibujo de un libro bastante grande. La portada es de color rojo y en letras doradas, pone claramente: “ÉRAKON” Nada más verlo, me dan ganas de leerlo, pero como no puedo... Además, ¿dónde puedo encontrarlo? Entonces, escucho que mi madre me llama a merendar, así que dejo el ordenador y bajo a la cocina. Mi madre, normalmente, trabaja por la tarde y soy yo la que hacer la merienda, pero tiene el día libre. Me alegro por ella, pero no va a dejar de pensar en su trabajo. Ella trabaja como arqueóloga y acaban de encontrar unos fósiles perdidos en una montaña cerca de aquí, así que está muy ocupada. Y tanto, cuando empiezo a comer el croissant que hay en la mesa, ella se puso a murmurar cosas sobre el fósil.
-¿No deberías dejar por un momento el trabajo?-Le sugiero-Llevas muchos días pensando en lo mismo.
Mamá me mira durante un momento, pero luego, desvía la vista hacia la ventana. Suspiro y me como rápido el croissant y me bebo el cola-cao. Luego, vuelvo a mi habitación. Mis padres nunca tienen tiempo para hablar conmigo, ya que están ocupados con su trabajo. Seguro que os preguntaréis en que trabaja mi padre, ¿verdad? Pues mi padre es un diplomático. Si, que familia más “chula”, a ver con que trabajo salgo yo. Mis padres quieren que sea Abogada, aunque eso no entra en mis planes... Mi padre nunca está en casa, ya que trabaja en Suiza y solo viene aquí en días de vacaciones, o cuando tiene el día libre (Nunca) Así que, estoy sola. Un poquito triste, ¿no? Bueno, al menos tengo mis libros. Entonces, vuelvo a escuchar la voz de mi madre llamándome, suspiro y vuelvo a dejar el ordenador. Bajo hacia abajo.
-Cariño, ¿te gustaría ir a la feria del libro, a ver que nos encontramos?-Me dice, con una sonrisa. Asiento, en pocas ocasiones había tenido la oportunidad de comprar algo con mamá. Y lo único que había comprado con ella era ropa, ropa y más ropa, eso no me entusiasma demasiado, que quieres que te diga. Además, siempre tengo que comprar lo que a ella le de la gana... No lo que a mí me guste. Es un rollo, pero es verdad. Pero sí me gusta comprar libros nuevos, ya me he leído toda la estantería, que es grandecita. Así que, no me vendría mal un poco de lectura, ya que lo único que hago es releer y releer, un millón de veces. Llegamos a la tienda y mi madre, como no, se va a la sección de arqueología. Pongo los brazos en jarra, pero no digo nada, solo busco la sección de misterio o fantasía. La de fantasía es la primera que encuentro, así que voy a por esa. Empiezo a mirar libros, la mayoría, me los he leído y los otros, no me entusiasman. Entonces, por la parte de arriba, veo uno de cubierta roja, como si estuviera escondido de los demás. Alargo la mano para cogerlo, pero entonces, siento el contacto de otra mano. Miro a ver a quien pertenecía. Es de un chico más alto que yo, lo cual, le ha costado menos trabajo alcanzarlo, ya que soy bastante bajita. El chico va vestido con una camiseta de color azul oscuro, unos pantalones vaqueros y unas deportivas de color blanco, creo que son de la marca “Nike” Con una gorra ladeada en su cabeza, de color verde. Tendrá más o menos mi edad, es decir, unos trece. Un chico de pelo moreno y corto, aunque no puedo decir, porque lleva esa gorra; de piel muy blanca, como la nieve, que parece que nunca sale; y unos ojos grandes, de un color azul intenso y profundo Muy hermosos, por cierto. No me doy cuenta de que estoy perdida en su mirada, pero sacudo la cabeza, al recordar que es él quien va a coger MI libro.
Entonces, él lo saca y empieza a ojearlo. Creo que la dependienta se enfadará con el, aunque no podrá verle, ya que la sección de fantasía esta fuera del alcance de su mirada. Y cuando lo ojea, puedo mirar que ese era el libro. Tenía unas letras doradas: “ÉRAKON” ¿Sería una copia? No creo, se encontró tan solo unos meses, no creo que sea posible hacerlo así. Tan rápido... Pero, qué casualidad. Hoy mismo acabo de ver noticias sobre Érakon, ¿cómo es que el libro está aquí, justo en la Feria del Libro de mi pueblo? ¡Es el destino! Y este chico no me va a quitar el libro, ¡qué se cree! El chico hace ademán de abrir el libro, pero antes de ello lanza una mirada hacia el mostrador de la dependienta. Está en el ángulo perfecto para que le vea y después, le eche la bronca. Entonces, sacude la cabeza y se dispone a mirar la portada. Le miro, resignada. Entonces, él alza la cabeza y al verme, sonríe.
-Tu también estabas interesada por Érakon, ¿eh?-Pregunta, arqueando suavemente una ceja. Yo asiento rápidamente.
-Parece interesante-Le contesto a la pregunta, mirando el libro, sin apartar los ojos de él. Luego vuelvo a mirar al chico, que se quedó en silencio.
-¿Sabías que en Érakon no pueden entrar los humanos?-Dice al fin, después de una larga pausa.
-No-Respondo, simplemente
-¿Sabías que supuestamente, nosotros no podemos leer este libro?
-Tampoco... Te has documentado más que yo, ¿eh?-
El chico ríe y luego se da cuenta de que estaba mirando fijamente el libro. Entonces, frunce el ceño por un momento. Hasta que al fin, habla.
-Bueno, si tan interesada estabas... Te lo puedes quedar, pero trátalo bien, ¿de acuerdo?-Me tiende el libro, con una sonrisa.
Guau, el chico, sabiendo que este libro tiene tanto valor, me lo está cediendo. ¡Qué caballeroso! O es eso o es que es tonto, una de dos.
-¡Gracias!-Sonrío, cojo el libro y voy corriendo a la dependienta. Ella, le da unas cuantas vueltas al libro, extrañada, pero al fin, dice algo.
-¿Dónde está el precio? Se habrá perdido o alguien lo habrá arrancado... Bueno, pues... Debería valer unos... Catorce Euros-Dice. Yo, rebusco en mi bolso, a ver si tengo dinero pero no, no me llega.
-Pues... parece ser que no tengo suficiente...-Contesta-¿Podría llevármelo y luego pagarle?-Ojalá, en mi hucha tengo algo de dinero...
La dependienta niega con la cabeza, con los brazos cruzados.
-Lo siento, señorita, no se fía-Replica. Suspiro resignada, pero entonces, escucho una voz a mis espaldas.
-Quizás yo podría pagarlo-Era la voz del chico de antes, el de la gorra. La mujer suspira y pone los ojos en blanco.
-Catorce euros son-Vuelve a repetir. Entonces, el chico rebusca en sus bolsillos, saca unos cuantos billetes... Puff, pues tiene menos dinero que yo...
-Eh... no tengo nada-Le dijo.
-Pues para ninguno-Responde la dependienta, levantándose de su asiento y haciendo ademán de coger el libro y llevárselo.
-¡Espere!-Bramo, cortándole el paso hacia la sección de fantasía.-Podría llamar en un momento a mi madre, que está en la sección de arqueología.
-Bah, yo también puedo hacerlo-Dice el chico, cruzado de brazos. ¿Dije caballeroso? ¡Ja! Ahora se comporta como un idiota.
Entonces, los dos empezamos a pelear durante un buen, buen rato. No se cuanto está durando, no sé. Pero lo que pasa es que la dependienta comienza a cansarse-
El chico, ya cansado de discutir, propone su idea.
-Mira-Me dice-Los dos no tenemos suficiente, pero si juntamos nuestro dinero, podríamos comprar el libro.
-¿Te refieres a compartirlo?-Pregunto, arqueando una ceja
-Exacto.-Contesta, asintiendo.
Le hago un gesto con el pulgar y entonces, me giro a la dependienta, pero esta estaba hablando con otro hombre. Su cabello era de un color blanco, pero no es por canas, ya que no tiene una sola arruga en el rostro. Sus ojos, parecían ser de color gris. Me recuerda a un gantser, como en "El Padrino", ya que iba con un sombrero negro y un traje de ese mismo color, daba escalofríos solo verlo y parece que al chico, también le había causado mala impresión.
-Bien, podría darle el dinero, no me parece mucho...-Su voz es ronca, otra razón por la que da miedo.
Me armo de valor.
-¡Disculpe!-Le digo, el se gira y por un momento, siento que mis rodillas no me responden. Estoy apunto de caerme encima del chico, pero mantengo el equilibrio-Este chico y yo estábamos antes y ya tenemos el dinero.
-Pero habéis gastado vuestro preciado tiempo, "princesita"-Me dice. ¿Qué me ha llamado? ¿"Princesita"?
Iba a decirle unas cuantas cositas a este tipo, pero entonces, intervino el chaval.
-Solo cinco minutos, además, usted se metió en la fila sin avisar. O dicho de otra manera: Se coló por el morro.
Oh, eso ha sido muy directo, pero ha estado bien. Aunque parece haber cabreado al hombre, este está rojo.
-¿¡Cómo osas, niñato insolente!?-Está hecho una fiera, me da miedo. Por poco me pongo a llorar, pidiendo piedad. Que alguien me salve, por favor... El hombre agarra por el hombro al chico.
-¡Cálmese! ¡Por favor! ¡No es momento de gritar! ¿Es que no ve que solo son niños?-Le riñe la dependienta. El hombre masculla por lo bajo y suelta a regañadientes al chico, este, estaba sorprendido por todo lo que había pasado, pero seguía con la mirada fija en el hombre, desafiante.-Eso esta mejor, ahora, chicos, ¿seguro que tenéis el dinero?
Tardo un poco en responder y seguro que mi amiguito, el chico de la gorra, no volverá a abrir la boca después de lo que ha pasado. Pero luego, le tiendo el dinero, que eran unos 18,47 €. Ella nos devolvió cuatro con cuarenta y siente euros. Cuando el chico vuelve a "ser humano", le tiendo la mitad del dinero, pero el lo rechaza y dice que me lo quede yo. ¡Ja! No pienso repetir que es "caballeroso", porque en realidad es un borde que no tiene educación. Si, lo acabo de conocer y ya me cae mal.
Coge el libro y los dos salimos de la tienda. Es verdad que mi madre está aun dentro, pero al menos, después de comprar el libro, podré leerlo en paz en casa. Pero se me olvida una cosa: el libro es compartido.
No es solo mío.
El chico hace un gesto con la mano y hace ademán de cruzar por la esquina, pero yo lo detengo, cogiéndole por la manga.
-¡Oye! ¿Por qué te lo llevas tú?-Me cruzo de brazos, esperando una explicación. El chico pone los ojos en blanco y suspira.
-Bueno, si no me lo llevo yo, ¿te lo llevarías tú?-Buena respuesta que da, no se contestarla...
-¡P-p-pues si!-Espeto-¡Soy más de fiar que tú!
Iba a seguir diciéndole cosas así, pero el chico me para.
-Tranquilízate, ¿quieres? Bien, si no me te lo puedes llevar tú, ni tampoco yo, pues no se lo queda ninguno.
Arqueo una ceja, suavemente y ladeo la cabeza sin comprender.
-¿A qué te refieres?
-Fíjate-.Empieza a explicarme.-, la bibliotecaria es muy buena amiga de mi madre. Podemos dejar el libro en la biblioteca, pero que solo nos permita cogerlo a nosotros dos.
Buenas ideas que tiene el chico, lo de compartir el libro, lo de dejarlo en la biblioteca...
-Está bien-Asiento. El chico se va en dirección a la biblioteca.
-¡Eh!-Le vuelvo a llamar, el suspira y se gira.
-¿Qué ocurre ahora?
-Que si vamos a compartir el libro, lo menos que puedes hacer, al menos, es presentarte.-Si no, tendré que llamarle todo el día: el chico tal, el chico de la gorra tal, el ojiceleste tal.
-Cierto. Soy Víctor.-Se presenta el chico.
-Isabel.-Me presento yo, con una sonrisa.-Encantada.
Ya me empieza a caer mejor, aunque aun no puede decirse que esté encantada con Víctor.
Los dos nos ponemos en camino hacia la biblioteca. Víctor sostiene el libro en sus manos con mucho cuidado, sabe más cosas sobre Érakon que yo, pero dentro de poco, los dos sabremos lo mismo. Entramos en la biblioteca. Yo había ido pocas veces ahí, solo para hacer un trabajo, ya que normalmente, mi madre me compra los libros. Y por ahí estaba la bibliotecaria. Era una mujer de mediana edad, muy bajita. Sus ojos eran de un color azul celeste y su pelo, corto y de un rubio muy intenso, aunque se puede notar que no es de bote. Víctor se acerca a ella.
-¡Víctor!-Exclama la mujer.-¡Cuánto tiempo!
-Me vio hace tres días, Gloria.-Le responde el chico, con una encantadora sonrisa, así que la bibliotecaria se llama Gloria... Le devuelve la sonrisa, pero repara en mí.
-Soy Isabel-Me apresuro a contestar.-Los dos venimos porque tenemos que dejar un libro, pero...-Víctor y yo comenzamos a contarle la historia de la feria del libro, del hombre “gánster”, de la dependienta... Vamos, en resumen, de todo. Gloria asiente, mientras escucha nuestra historia.
-Claro que podéis-Responde.-Entonces, solo os dejaré leer el libro cuando los dos estéis, ¿de acuerdo?
Víctor y yo asentimos y luego, pienso que deberíamos plantearnos cuando vamos a quedar en la biblioteca para leer el libro.
-Oye, ¿cuándo deberíamos quedar para leer el libro? Yo es que tengo clases de piano y de inglés por la tarde.
-Yo siempre estoy libre-Me responde-Así que, a la hora que te venga bien.
-Pues... ¿a las seis? A esa hora siempre estoy libre, no tengo clases después de las seis.
-Un poco tarde, ¿no? Bueno, la biblioteca cierra a las nueve, así que, podríamos tener dos horas de lectura.
¿Tarde? Bueno, es cierto que oscurece muy pronto en invierno... Da igual. Pero, podríamos empezar ya aquí, ¿no? Oh, está apunto de cerrar. Vale, tendré que empezar mañana. Me despido de Víctor y luego, me dirijo a mi casa. Mi madre me había dado ya las llaves, por si quería irme a casa, así que, me largo. No puedo parar de pensar en el libro, en los misterios que esconderá y que pronto nos contará. Pensando, pensando y yo distraída... Me pego un porrazo con la farola. ¡Au! ¿Pero a quién se le ocurre poner una farola en medio del camino? Sigo hacia delante y entonces, entro en mi casa. Tiro el bolso en el sofá, cansada. Seguro que mi madre me chillará por esto, pero ahora mismo, tengo muchos pensamientos en la mente.
Para empezar, ¿qué hacía el libro de Érakon en la Feria del Libro? En el foro, decía que lo encontraron en Egipto, en una pirámide, además, hace poco. ¿Por qué estaría aquí, en Asturias? Otra pregunta era... ¿por qué en Érakon no pueden entrar los humanos? Es lo que me contó Víctor, aunque el libro debe de ir de unos protagonistas que se adentran en el mundo, nada nuevo. Pero... ¿por qué el libro no podemos leerlo los humanos? ¿Es que hay otros seres aparte de nosotros? Pero... ¿por qué Víctor quería leerlo, sabiendo que es un "libro prohibido"? Pensará que es una patraña.
Y una cosa más, ¿quién era ese hombre albino? Parecía tener unos treinta años, no es muy mayor... Así que... ¿Por qué quería tanto el libro? Será un interesado por venderlo a gran coste, pero al final, nos lo quedamos nosotros por tan solo... ¡Catorce Euros!
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Segunda edición. Fallos, me los ponéis en los comentarios (sin pasarse, admito críticas pero como me pongáis que es una mi/@$da...
2 comentarios:
WOWOWOWOWOWOWO! ESTA GENIAL lo es leìdo de a poquito ^-^ entre esa cosay otra , se me echo un lio para entenderelo pos estaba asiendo los deveres -.- ! PERO QUEDO GENIAL! Espero con andias el dos! :P deeguro de adulta seras un gran escritora ^-^ a que yo me comprare tus libro! :P TE KEDO MUXO ! TE DETEO SUELTE! XD!
¡Gracias! *O*
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