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jueves, 5 de mayo de 2011

Érakon 2- ¿Existe?

CAPÍTULO 2

¿EXISTE?

VICTOR


Este capítulo está dedicado a Claudia, a Laura H. , a Alba y por último y no más importantes: A Jasminchito (Jas), por haberme dado ánimos a continuar la historia. Gracias ;;;/////;;; Sois geniales.


Érakon... Un libro que me parecía ya muy interesante. ¿Cómo lo encontré? Lo encontré en un artículo de periódico. Normalmente, no suelo leerlo, pero en ese momento, no tenía nada mejor que hacer. Para empezar, era domingo y la biblioteca estaba cerrada... ¿Qué podía hacer ese día? Encontré el artículo de periódico sobre la mesa, lo estaba leyendo mi madre, pero al final, lo cogí yo. Me interesó la parte en la que ponía con letras grandes: "LIBRO ENCONTRADO EN PRIRÁMIDES DE EGIPTO" Así que me interesé más por el. Busqué por internet, entonces, ahí vi toda la información posible, la máxima. ¿Quién llegaría a pensar que una semana después, lo tendría en mis manos? Pero, era imposible, ¿qué hacía en la feria del libro? ¿Por qué estaba ahí? Si hace poco se descubrió el libro... Es ciertamente extraño. Pero, no será tan solo mío, también será de una chica llamada Isabel. En resumen: tenemos un libro compartido. Lo mejor de todo, es que parece que ella me tiene algo de manía, porque por poco volvemos a discutir en la calle, ¿haré algo mal? No, es ella. Dará lo mismo, ¿quién quiere llevarse bien con tu "compañero de libro" cuando puedes leer el libro y ya está? Eso si, cuando nos lo leamos, me lo quedo yo... Aunque es ella quien puso más dinero... Y hoy, ya es el día. Hoy podré leer de una vez (al menos, empezarlo) el libro de Érakon. El mítico mundo, en el que no pueden entrar los humanos. Pero, esto me huele a chamusquina, ¿qué hacía ahí? Me estoy repitiendo bastante, pero eso me huele a chamusquina. En fin... Ahora, son las una del mediodía... Solo unas cinco horas más y listo. ¿Por qué seré tan impaciente? No puedo prestar atención a las explicaciones del profesor de matemáticas, hasta que entonces, siento un golpe en la cabeza. No es grave, pero tampoco es que haga cosquillas.

-¡Víctor! ¿Podrías volver con nosotros un momento?

<< Oh, lo siento, estaba en la Luna, un lugar donde no hay profesores que te peguen una colleja cada dos por tres >> Pienso, pero no digo nada, ya que no quiero volver a casa con un parte de disciplina. Me muerdo la lengua y asiento.

-Disculpe, no volverá a pasar-Me "disculpo" y luego, sigo atendiendo a la clase. Estaba explicando cosas pasadas de ya primaria, pero yo ya me las sabía de memoria. Algo de las fracciones: "Numerador y Denominador" "Las fracciones equivalentes son las que representan la misma parte de la unidad" Me habían obligado a aprendérmelo de memoria en primaria, así que, no hay problema. Me cuesta mucho prestar atención, ya que estoy con otras cosas en mente y la explicación me parece aburrida. Miro a la pizarra y a las cosas que escribe el profesor, sin prestarle mucha atención. Pero a la vez, atiendo. En resumen, que el 89% de mi mente estaba en las nubes, pensando en Érakon y el 11% estaba en la explicación. Lo único de lo que me entero es que ahora, estaban hablando de los números mixtos. No estoy prestando la menos atención, lo siento, pero me cuesta muchísimo atender a cosas que ya me se. Parece ser que el profesor se ha vuelto a dar cuenta.

-Víctor, dime qué es un número mixto-Ordena el profesor, acercándose a mi pupitre. Me levanto y le digo la respuesta.

-Es un número-Le respondo, intentando ganar un poco de tiempo.

-Exacto, es un número, ¿pero por qué está formado?

Entonces, la voz me sale sola.

-Está formado por un número natural y otro fraccionário.-Le digo rápidamente. El profesor asiente y vuelve a explicar. Han pasado cinco minutos y ya no me acuerdo de lo que había dicho. Hasta que por fin, llegaron las tres, es decir, la hora de recoger e irse a casa. Au Revoir!

Llego a mi casa en tan solo cinco minutos. Es comprensible, aunque mi casa no esté muy cerca del instituto, tengo mi bicicleta. Aunque con ella, normalmente trado quince minutos en ir a casa. Lo que pasa es que hoy no me he tenido que parar para cruzar la carretera, ya que habían pocos coches. Me quito la mochila de los hombros, así me sentí mejor, porque no sabéis el peso que llevo ahí dentro. Luego, la deposito en el suelo y voy corriendo hacia mi habitación. No os creáis que es muy grande, ahí tengo mi cama deshecha, una estantería repleta de libros, un escritorio desordenado, una mesita auxiliar y otro armario, pero en el guardo las cosas de entretenimiento, como los videojuegos y tras cosas. Miro a mi alrededor, el cuarto estaba hecho un deshorden, pero da igual. Decidí dejarlo como estaba y recogerlo luego. Cuando digo luego, me refiero a cuando mi madre suba y me diga:

"Esto es una leonera"

Sin embargo, me pongo a jugar con la consola que me regaló mi tío Marcos por las Navidades de hace ya dos años. No es el último modelo, pero parece nueva, del buen uso que le doy. Entonces, introfuzco el juego y me pongo a jugar a "pokémon" Pero lo dejo a los cinco minutos, ya que no puedo concentrarme, pensando en el libro, es que no puedo ni capturar un maldito pokémon... A ver... ¿Qué puedo hacer ahora? 3 horas de puro aburrimiento. Intento hacer los ejercicios que habían, al menos, eso hizo que se despejase mi mente... Con los ejercicios, pasaron dos horas. Una más y a la biblioteca... ¡pero qué estoy diciendo! Voy ahora mismo y leo el libro, con o sin Isabel. Entonces, voy hacia allá y le pido a Mª del Carm... es decir, a Mari Carmen, el libro.

-¿Donde está tu amiga?-Pregunta

-Supuestamente, debería llegar a las seis, pero como no podía parar de darle vueltas al asunto, he venido a aquí por el. Tranquila, no lo leeré, es solo para sacarlo a mano y punto.

Ella ladea la cabeza, pero luego asiente.

-Siempre pondré ese libro en la estantería del rincón-Me señala con el dedo la estantería-Recuérdalo.

Asiento y luego, voy a por la estantería. Hay un sitio cerca de ella, así que decido que ahí me sentaré. Cojo el libro, que no me costó mucho encontrarlo y luego, me siento. Tengo el impulso de leerlo, pero pienso que seguro que lo mejor era tener paciencia y esperar a Isabel. Mientras tanto, cojo un libro cualquiera y me pongo a leerlo, esperando a Isabel...


Ya ha pasado mucho tiempo e Isabel sigue sin venir, ¿qué le ha pasado? Espero que tenga una buena explicación para justificar su tardanza, porque son ya las ocho y media, lo cual faltan treinta minutos para las nueve. Le tengo más manía al reloj... hoy he estado todo el día mirando cuanto faltaba para las seis, y ahora, para que esta no venga. Suspiro y pienso que ya no vendrá. Me levanto del asiento y pongo el libro de donde lo había sacado y luego, me dirijo a la puerta. Pero ahí, me choco con alguien. Era una chica de cabellos cobrizos y ondulados, con unos ojos color miel. Iba vestida con un chaquetón de color rojo, ya que fuera hacía mucho frío. No cabe duda, es Isabel. No me disculpo por el choque, ya que me ha tenido esperando unas tres horas y media... bueno, en realidad, dos horas y media, recordad que yo vine aquí una hora antes.

-¿Dónde habías estado?-Pregunto.

-Lo siento, tuve que ayudar a mi madre-Contesta la chica, agachando la cabeza, como si estuviera arrepentida.

-Me has tenido esperando mucho tiempo.

-¡Vale! Te he dicho que lo siento. Espero que no hayas leído el libro sin mí.

-Debería haberlo hecho, ya que tardabas demasiado.

Isabel pone los ojos en blanco.

-¿Dónde está el dichoso libro?

Con un gesto con la mano, le señalo la estantería y los dos nos sentamos en la mesa que estaba al lado, en la que me había sentado yo antes.

Con la mano temblorosa, voy a abrir la tapa del libro, pero en ese momento... ¡Me pego un calambrazo en la mano!

La agito con fuerza y aprieto los dientes, debido al dolor. Isabel, en vez de preocuparse, ríe.

-¡Energía estática!-Grita entre risas, pero en ese momento, Mari Carmen la manda a callar. Ahora soy yo el que ríe.

-Recuerda que estamos en una biblioteca-Vuelvo a mirar al libro-No pienso tocar más esa cosa.

-Pero si solo era una cosa de la naturaleza...-Susurra Isabel, aun riendo.-No sabía que fueras tan gallina, Víctor.

-Pues tócalo tú, anda-le digo y luego, sigo agitando la mano, escuece mucho.

Ella pone los ojos en blanco y alarga la mano hacia el libro, pero le pasa lo mismo que a mi, ¿por qué lo se? Porque ha pegado un pequeño brinco en el sitio, por eso. Ahora, vuelvo a reír.

-Parece que el libro nos tiene manía a los dos-Bromeo.

-No digas esas cosas-responde Isabel, molesta-Tiene que haber una forma poder abrir el libro...

Nos pasamos un rato pensando, hasta que en ese momento, a Isabel se le ocurre una ideal.

-¿Y si cogiésemos unos guantes?-Sugiere-Tengo unos en el bolso.

Los saca. Eran unos guantes que nada más verlos, te entra una sensación de calidez. Con eso, tendría las manos calientes. De un color... carmín. No es que me agrade mucho ese color, pero bueno, o me pongo los guantes y leo el libro, o me voy a casa y toda esta espera sería para nada. Ella me tiende un guante, el de la mano derecha y yo lo cojo y me lo pongo en mi mano.

Luego, alargo la mano, con intenciones de abrir el libro. Cierro los ojos, pensando que me iba a pegar otro calambrazo, cuando en ese momento... Abrí el libro. Suspiro aliviado, pero luego, me sorprendo al ver lo que pone en el libro.

No había nada en absoluto.

-¿Es esto una broma?-Pregunta Isabel, pero luego, calla al ver que letras empiezan a escribirse por el libro. Dicen lo siguiente:


"Hola Víctor, hola Isabel"


Los dos nos quedamos atónitos y luego, seguimos leyendo. ¿Cómo era posible que el libro supiera nuestros nombres? Además, se escribía solo. Tiene que ser un sueño formado por mi fértil imaginación, seguro. Pero, tengo al extraña sensación de que no lo es, pienso que esto que está pasando, por muy extraño que sea, es real.


"Sóis bastante osados como para atreveros a abrir este libro, teniendo en cuenta vuestra poca edad. Sabéis a la perfección que vosotros, los humanos, no podéis entrar en Érakon, ni tampoco leer este libro. Sin embargo, mirad lo que estáis haciendo"


Lo estamos leyendo, pero bueno, creía que era el argumento del libro.


"No es el argumento del libro, Víctor" Se escribe en el libro, como si me leyese la mente. Esto es imposible... "Claro que es posible. Eso es porque nunca has creído en la magia, ¿verdad? Bueno, si leéis esta página, solamente, esta página, no os ocurrirá nada. Podríais seguir con vuestra aburrida vida como mortales y olvidar este libro. Pero si continuáis... Ya no hay marcha atrás. Así que os lo aconsejo: dejad este libro, cerradlo para siempre"


Y eso es lo que iba a hacer yo, pero en ese momento, Isabel me detiene.

-¡No!-Exclama, pero esta vez, en voz baja-¿No ves los misterios que oculta este libro?

-Ya, pero ya lo has visto: El libro se escribe solo, ¿ves normal seguir, cuando te acaba de decir que no lo hagas?


"Muy listo" escribe el libro "Y muy ingénua. Si continuáis, podríais incluso encontrar la muerte."

-Pero entonces, ¿qué hace este libro aquí, en la Tierra si puede saberse?-Pregunta Isabel, pero en ese momento, el libro no escribe nada, nada de nada. Solo, sigue blanco en blanco, pero además... Lo que había escrito antes, se borra. Era sorprendente... Era... mágico.

-Tienes razón-Le digo a Isabel, recordando lo de antes-Deberíamos seguir leyendo, ¿qué pasaría si algo se estuviera cociendo y por culpa de eso, todo el planeta sufriría las consecuencias?

Asiente y luego, cuando íbamos a abrir el libro, Mari Carmen nos avisa de que dentro de dos minutos, iba a cerrar y que lo mejor, sería que nos fuésemos yendo a casa, que era tarde.

-Au Revoir-Me despido de Isabel y de Mari Carmen y me voy a mi casa, rápidamente. No hemos tenido tiempo de leer nada, pero lo que hemos visto ha sido sorprendente. ¿Realmente existe Érakon? Supongo que si, no hay otra explicación a que el libro se ponga a escribir solo y que me lea el pensamiento.


Llego a mi casa y ni siquiera ceno, solo me pego una ducha para despejarme y luego, directo a la cama. Soñé con el libro, con Érakon (el mundo), con que llegávamos ahí y... Acabábamos muertos. Qué bonito...

**


Un nuevo día... Menos mal que hoy es sábado. Me duele la cabeza, me he despertado ya unas cuantas veces por la noche, empapado en sudor, con el maldito sueño sobre el mundo. Así que, supongo que hasta las doce de la mañana, no volveré a ser humano y me quedaré zombie durmiendo en la cama. Entonces, suena el despertador. Mi cabeza... No le echo mucha cuenta e intento seguir durmiedo. Pero el insiste en levantarme... Está bien, tú ganas... Este maldito despertador sabe hacer bien su trabajo. Lo veo todo borroso y "doble" así que me cuesta mucho darle al dichoso despertador, pero al final, lo consigo. Entierro la cara en la almohada y luego, sigo durmiendo. Pero escucho la voz de mi madre.

-¡Víctor! ¿Estás despierto? ¡El desayuno!-Suelto una maldición por lo bajo y luego, voy hacia la cocina, con desgana. Unas tostadas, ya ves tú que ganas... Me las como y luego, vuelvo a mi habitación, a dormir.

Ahora, a esperar que sean las seis. La biblioteca también estaba abierta los sábados, pero no los domingos. Antes de dormir, cojo el despertador y hago que suene para cuando sean las cinco y media, para que al menos me de tiempo a vestirme. Pero claro, no me voy a pasar todo el tiempo durmiendo, no. Lo he puesto así por si acaso... Me despierto las una (tarde, al menos, dormí un poco) y luego, me pongo a hacer unos dibujos en la agenda, ya que me aburro mucho. Suena el despertador a las cinco y media. Me visto y me peino, aunque no se por qué, porque me pondré la gorra como siempre... Y luego, voy a la biblioteca. Isabel llega tarde, como siempre... Miro mi reloj de pulsera... Pues no, soy yo quien llega temprano. Cojo el libro y me siento en la mesa de "siempre".

Me entra la curiosidad... Pues está bien, abriré el libro y le echaré una ojeada. Esta vez, metraje mis propios guantes, pero cuando voy a abrirlo... ¡Me pego otro calambre!

-¿Es que este libro me tiene manía solo a mi o qué?

Entonces, escucho una voz femenina a mis espaldas.

-¡Hola!

1 comentarios:

Unknown dijo...

Gracias por dedicarme la historia, tenia muchas ganas de leerla. Bueno, creo que a más de uno le han entrado gans de fotocopiarlo, y hacer un libro con el. A mi me han entrado ganas, de lo bien que está la historia, pero no hacer como que es mía, sino como que es tuya, claro:)

Bueno, adiós.

Alba